viernes, 24 de noviembre de 2023

A.M.E.L.Y

AMELY Sintió morir su inocencia como infante mientras observaba como su cuerpo yacía colgante a trescientos metros de altura, tan solo sujeta por las bisagras de una puerta que alguien desechó en aquel lugar, entre la maleza del bosque y el enorme precipicio. 
Su mirada se perdía entre el abismo que atisbaba a sus pies y la tierra que se engrandecía por lo alto de su cabeza. 

Amely siempre había destacado entre la multitud, pero no para bien. 
Su vitiligo hacía de ella un ser único y especial al que todos tomaban por leprosa en la escuela, sumando a ello su heterocromía que le otorgaba un ojo de color azul y otro violeta. 
Violeta, como los hematomas que emergieron de su cuerpo como estigmas y castigo por ser un ser divino que no albergaba maldad ninguna, pues era amable, atenta, cariñosa y risueña, hasta que ennegrecieron su alma fruto de la violencia infantil si, así pues, queremos llamarlo. 

Pensó en dejarse caer, lo deseo con todas sus fuerzas, pero qué extraño sería morir a la temprana edad de doce años, pero bien sabia que la muerte sería rápida, una caída limpia a trescientos metros de altura, sería un choque limpio, quizá dolería durante una milésima de segundo hasta terminar con todo sufrimiento. 
Pero era extraño, pues Amely también sintió el deseo de subir por aquel muro de tierra y piedra por donde habían despeñado su frágil y pequeño cuerpo.

Ese mismo cuerpo que ahora vivía entumecido y sudoroso por la adrenalina y mil químicos más que recorrían su cerebro a modo de supervivencia. 
Amely giró levemente su cara y observo como de su hombro derecho emergía un reguero de abundante sangre, debió cortarse en algún momento antes de quedar atrapada entre el vacío. 
No sentía dolor físico y aun así podía apreciar que la herida era profunda, de unos diez centímetros de largo. 
Sin duda quedaría cicatriz. 

Agudizo el oído tras el alboroto, había personas discutiendo enfurecidamente, culpándose los unos a los otros, y tras los gritos la inocencia de Amely se iba quebrando cada vez más y más. 

Recordó que los demás niños jamás la trataron bien, Amley llevaba bien los golpes y resistía valientemente el maltrato físico de sus agresores, pero también el agresor agrede sin manos y estas son las heridas más dolorosas que jamás existieron en la vida como tal. 

Amely sintió morirse día a día, quiso hacerlo, imploro por ello, pues tal sufrimiento era agotador y bien lo sabía su almohada, la cual era su única amiga en aquella jungla de cemento. 
Observo tendida allí, las enormes raíces de los árboles, eran fuertes, grandes y largas, podrían soportar su peso y con algo de suerte, quizá pudiese salir, pudiese trepar entre ellas hasta por fin alcanzar la superficie. 

Así fue, pues, como meció su pequeño cuerpo, siendo consciente de que tal acto podía hacer que las bisagras cediesen lanzándola por el precipicio. 
Amely tuvo ese valor, el valor de aceptar su propia muerte mientras intentaba sobrevivir. 
Con cada balanceo emergían gemidos de esfuerzo de su garganta, mientras alargaba su brazo izquierdo para alcanzar aquellas raíces que la ayudarían a trepar. Meció su cuerpo agresivamente hasta alcanzar la raíz más fuerte que halló, posó uno de sus pies en la pared rocosa, fue tal la fuerza que Amely emprendió que su ropa se rasgó dejándola sin sujeción alguna. 

Allí se encontraba, luchando por su vida, cada músculo, tendón y hueso, haciendo un máximo de esfuerzo inhumano. 
La suma de la adrenalina, la ira y la rabia acumulada. 
Habían intentado matarla, la habían tirado cuál bolsa de basura, la habían humillado y herido y ahora ya no era niña, ya no había inocencia, con cada paso dado y cada raíz alcanzada llego por fin a la superficie, exhausta. 

Allí tendida tuvo una magnífica vista del cielo, se había oscurecido y una ventisca había despertado avecinando las primeras lluvias de otoño. 
No supo el tiempo transcurrido allí, las horas en las que su espalda seguía en contacto con la arena húmeda del lugar, pero recordó las clases de religión en el colegio. 
Siempre la habían hecho creer en un dios y en un bien, y ahora ella estaba dudando de todo, pues, solo quería un mal y un demonio. 

Ajena a sus estudios, Amely estudiaba latín y los pueblos indígenas, para ella eran muchísimo más místicos y verdaderos que lo que se le intentaba vender para tan temprana edad. 
Una gota fría la despertó de su letargo con el pensamiento más hostil “el demonio fue Ángel y se le castigó por revelarse”.

Justamente aquello era lo que Amely soñaba y sentía que debía hacer en aquel momento. 
No podía ni quería dejar escapar a sus agresores. Ella era pequeña y las fuerzas se habían esfumado después de sobrevivir a tal intento homicida. 
Todo le parecía una locura, ¿De verdad iba a invocar a un demonio? Le iba a pedir un favor a Lucifer? Fuera como fuese, ella ya no tenía alma y se lo repetía constantemente.

 “Mi angelum meum luciferum invoco te ad finem ingentis iniustitiae, vade illis angelum meum” 

No fue tanto lo que dijo Amely sino el modo en el que lo dijo, un modo abandonando su cuerpo a merced de la naturaleza, del bien y del mal. 
Junto a un habla entre un largo suspiro, como si su alma se diluyese junto a aquel aire que salía de sus pulmones. 
La tierra tembló, los agresores echaron a correr en dirección a Amely aunque ella aún vivía ajena a todo lo que iba a ocurrir, de la misma manera que ellos. 

Pensó que sería un leve terremoto sin más, pero escuchó de fondo el horror y el pánico en aquellas asquerosas voces, sí, estaba segura, eran las mismas voces que estaban discutiendo, las mismas que habían intentado matarla. Amely se levantó del suelo lo más rápido que pudo, pero ni unos ni otros pudieron esquivarse.

 — ¡TÚ! ¡Se supone que… deb… deberías estar muerta! 

El horror de horrores, ¿iban a volver intentar matarla? ¿qué se supone que se debe hacer en estos momentos?, ¿luchar o huir? Sería una lucha injusta, cinco contra uno, sin duda no era un igual.

 — Dime, ¿por qué la piccola ragazza debería estar muerta? 

Cuando todos giraron la cara para ver la procedencia de aquella voz masculina, se encontraron con un ser de otro mundo. Una bestia de unos 3 metros de altura, su piel parecía quemada, pero humana y aun así era bello, sus ojos de un color verde claro resultaban intimidantes, algo había tras ellos. 
No había pezuñas, pero sí garras de unas manos enormes, de su cabeza brotaba un espléndido bello oscuro con algún rizo, su cuerpo era musculoso, se notaba cada paso y cada respiración en él y en su espalda dos heridas, profundas, sangrantes, parecían recientes pero iguales, y entonces Amely lo entendió. 

Era él, Lucifer, el Ángel caído, el demonio al que le había implorado por una venganza y que ahora se hallaba allí, en mitad de aquel bosque, en lo que hacía ya tiempo era más que una pelea entre niños.

De pronto el bosque cobró vida, árboles, ramas y enredaderas inmovilizaron a los 5 pequeños homicidas. 
De un manotazo Lucifer hizo en el suelo un perfecto agujero como para que aquellos abusones no tocasen el suelo y de ese modo solo es bosque, pudiese ser quienes los custodiara. 
Amely observaba aquella escena, no con temor ni con rabia. 
Una pequeña lágrima se arrojó por sus mejillas con gran pesar y fue su demonio quien se dio cuenta y a quien aquella lágrima le dolió también. 

— Mi piccola, no llores. 
— ¿Eres Lucifer verdad? - El demonio asintió lentamente con la cabeza y agarro tiernamente la mano de Amely como si de un padre se tratase. 
— Esattamente, mi nombre es Lucifer y soy el príncipe de las tinieblas, aunque una bella piccola como tú eso ya lo sabe da que me has llamado. Sei molto coraggioso. 
— ¿Por qué hablas así? 
— Llevo siglos viviendo en Italia donde está mi noveno infierno. ¿Tienes miedo? ¿estás asustada? 
— ¿Qué va a pasar? ¿Por qué la gente es tan mala conmigo? - Amely no pudo aguantar más sus lágrimas y sin miedo alguna se abalanzó en busca de un abrazo, del abrazo del mismísimo Lucifer.

Las enormes garras de Lucifer rodearon a la pequeña, él había sido humano y había sentido aquellos sentimientos. 
Sabía como se sentía y sabía perfectamente lo que debía hacer. 

— Bambina en este mondo hay gente buena y gente mala, tú lo has dado todo sin pedir nada. Eres un anima brillante y transparente, innocente, pero a la vez eres forte ¿entiendes? Mia piccola dime una palabra y yo lo haré realtà. Amely has dado tu anima innocente por sopravvivere, yo no soy tu diavolo, ni nadie. Nosotros somos tus angelo, ¿comprende? 

Amely secó sus lágrimas y comprendió que no estaba sola, que no iban a matarla y que sí, el diablo y todo su séquito la protegerían por haber dado su alma sin pedirla, regalándola como si no tuviese valor. 

— Lucifer, quiero venganza. Quiero que sufran como yo he sufrido, quiero que lloren como yo he llorado, quiero…. 
— Shhh! Bambina está concedido, démosle paso al tempo ¿sí? 

Lucifer le dio a entender a Amely que el mayor sufrimiento lo obtendrían con el paso del tiempo, la perdida de seres queridos, las desgracias de sus vidas. 
No debía manchar sus inocentes manos con maldades para saciar su venganza, y así lo hizo. 

Han pasado 3 meses desde aquel tropiezo con el demonio en el bosque, nadie sabe nada de Amely, unos cuentan que era una bruja como ya decían, otros que la mataron. La realidad es, que ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos, y en la inocencia de una niña y la maldad de un demonio también existen mundos y felicidad.

lunes, 24 de julio de 2023

INTRODUCCIÓN AL MUNDO LIBERAL

INTRODUCCIÓN AL MUNDO LIBERAL
Antes de empezar a leer este artículo, déjame que me presente muy brevemente. Me llamo Vanne, aunque soy mayoritariamente conocida como LADY POISON. Nací el 8 de diciembre de 1989 en Barcelona (España) y llevo en el mundo liberal 13 años. En la actualidad, trabajo como editora fotográfica y tengo un blog sobre sexualidad. Soy Switch, me encanta el BDSM y también el erotismo. En las siguientes páginas seré yo quien te guie ante los aspectos principales y más importantes del mundo liberal. 
 
1- ¿QUÉ ES EXACTAMENTE EL MUNDO LIBERAL? 
Podríamos decir que la palabra “liberal” es un término polisémico, y en su mayoría de connotaciones significa la libertad de todas las personas a la hora de explorar y expandir su sexualidad, sea en solitario o en pareja.

Muchas personas quieren acceder a este “mundo” pero no saben bien como hacerlo, y es por ello que ahora mismo estás leyendo este artículo. 

Decidí escribirlo después de ver los errores monumentales que cometían algunas personas, su forma de ver y percibir este mundo, su falta de información y respeto, sus altas expectativas de cumplir sus fantasías, etc.

Y mi pregunta era ¿te han informado de como funciona el mundo liberal? La repuesta de todo el mundo “en su mayoría hombres”, NO.

 2- ¿QUÉ TENGO QUE SABER? 

 El mundo liberal puede ser lo mejor que te pase en la vida o lo peor. Todo dependerá de tu actitud, tu mentalidad y de tu saber estar. 

La mayoría de encuentros y fantasías son cumplidas en Clubs Swingers y debes saber que no, no es un prostíbulo, acudir a un club no te garantiza que vayas a mojar. Más bien tómatelo como que vas a pagar para tomarte una copa, de ese modo te invito a que mires y observes las instalaciones y el entorno. 

 ¿Entramos mas en materia? 

 3- CLUBS SWINGERS 

Hoy día tenemos a nuestro alcance todo tipo de información gracias a nuestro querido GOOGLE. Te invito a que hagas una búsqueda rápida en tu navegador y escribas “clubs swinger + tu ciudad”, entra en sus webs y observa sus instalaciones, sus temáticas, precios, horarios, etc. Tomate ese pequeño momento para perderte en la sensualidad que desprende cada uno de los clubs y pregúntate ¿quiero empezar bien? Seguro que sí. 

Los clubs Swingers tienen derecho de admisión, es decir, pueden decirte libremente que no puedes entrar y esto puede ser por distintos motivos. Estos casos se centran mas en el género masculino, ya que hay mas hombre que mujeres y los clubs buscan algo equilibrado entre ambos sexos.

Estamos de acuerdo en que todo ha cambiado desde la pandemia y eso se nota, y no precisamente para bien. Nuevos Clubs han aparecido y se ha perdido esa magia de la seducción, del bienestar, el respeto y la comunicación entre personas liberales. Ahora encontramos a muchos jóvenes pasados de tuerca en las llamadas “Discotecas Liberales”. Aun así, no todos los clubs han pasado a ser un desmadre, ya que algunos aún conservan esas normas y elegancia de antes de la pandemia. 

Por eso te doy un pequeño tip, llama antes de acudir y pregunta si hay muchos hombres/ mujeres/ parejas, como es el ambiente y que rangos de edad suelen acudir. 

 REGLAS DE ORO

Presta especial atención a los siguientes puntos, estos serán tu puerta de embarque hacia ese mundo que tanto ansías. 

 CUIDA TU IMAGEN: La primera impresión es siempre la que cuenta, es por ello que es ideal ponernos nuestras mejores galas a la hora de acudir a un Club Swinger. De la misma manera que ser higiénicos, ves duchad@ y presentable. 

 EDUCACIÓN: Sé educado en todo momento y con todo el mundo. Mantén una mente abierta y cuida tu lenguaje. 

PERMISOS: En el caso de que accedas al Club y quieras proponer un intercambio o trío, habla primero con esas personas, date a conocer y conoce tú también a esas personas, lo que buscan, lo que quieren, como son, sus gustos, etc. Es muy importante que haya un buen feeling para tener una experiencia maravillosa.

RESPETO: Trata a todo el mundo con respeto, se educado y cuida tu lenguaje.

PRIVACIDAD: Lo que pasa en un Club Swinger se queda en un Club Swinger. No fardes de tus hazañas con tus amigos, mucho menos menciones a parejas o personas que estuvieron allí. La privacidad es uno de los puntos mas importantes en el mundo liberal. 

 FIESTAS: Cada club tiene sus propias fiestas o temáticas. Procura estar atento a sus redes sociales para saber como debes presentarte en el caso de que ese día haya una de ellas. Si no acudes con dicha temática es muy probable que te quedes en la puerta.

 USO DE TECNOLOGÍA: Está totalmente prohibido el uso de dispositivos móviles, cámaras, etc. Todos los Clubs te ofrecen una taquilla (algunos de pago), déjalo todo dentro de dicha taquilla, recuerda que la privacidad no es solo por las personas que acuden sino por ti también.

 CONTROLATE: Estás en club Swinger no en una fiesta o en una despedida de solter@, no bebas demasiado y no fumes si no está permitido (muchos tienen una zona para los fumadores).


4- ¿PUEDO ACUDIR CON UN@ AMIG@? La respuesta es si, de hecho, hay muchas parejas liberales que acuden a Clubs, estas parejas pueden ser compañeros de vida y sentimentales o bien relaciones liberales donde ambas personas acuerdan tener sexo con otras personas. Cada pareja pone sus límites, que consienten y que no. 
 
Si es la primera vez que acudes con tu pareja déjame decirte algo. Primero imagina en tu cabeza que tu pareja está teniendo relaciones con otras personas. Si eso te provoca celos, directamente no acudas o mas bien no pretendas tener una relación abierta y liberal. Muchas parejas ven el mundo liberal como una excusa para no caer en una monotonía sexual o a modo de salvación para su relación y eso es un grave error. Las relaciones liberales son aquellas que no despiertan sentimientos negativos ni tóxicos, no se busca arreglar ninguna situación, mas bien tratan de disfrutar mutuamente y libremente del sexo.

 5- PERMISOS Algo muy importante que has de saber y comprender sobre las mujeres Swingers o Liberales es que no tienen la obligación de acostarse contigo por mucho que tú lo desees. A menudo las mujeres que nos movemos en este mundo hemos estado en situaciones comprometidas, las redes tampoco ayudan mucho. Aún hoy día muchas personas desconfían de una mujer liberal y nos confunden o ponen etiquetas desagradables. La realidad es que las mujeres somos libres y podemos disfrutar del sexo de la misma manera que lo hacen la mayoría de los hombres.

En el caso de los Clubs Swingers hay personas a las que les gusta mirar, y ello no conlleva ningún problema siempre y cuando pidas permiso a esas personas para quedarte allí. Debes aceptar las negativas y no tomarlo como algo personal, quizá esa pareja ha pactado no tener que aguantar mirones. De la misma forma que hay parejas que están dispuestas a ello y de hecho les causa morbo. 

 6- MOTIVO DE EXPULSIÓN Sí, señoras y señores, hay conductas que no se toleran en el mundo Liberal y cuando digo expulsión me refiero a una expulsión definitiva. 

(recuerdo una vez que fui con un chico al que acaba de conocer a un club swinger, después de pedir la bebida y estar hablando un rato desapareció. El dueño del local vino a preguntarme donde estaba mi pareja y para serle sincera le dije que no lo sabía. Resultó estar en la zona de camas con otras personas, me dejó allí tirada y eso fue motivo de expulsión).

A muchas personas les ha pasado esto mismo, sea del sexo que sea, nos han utilizado para entrar en un Club.
Es por ello que te aconsejo que antes de ir con un amig@ “con derecho a roce” primero os conozcáis en persona y tengáis algún encuentro, a poder ser mas de 1. 

Las faltas de respeto, una conducta agresiva, no cumplir con lo pactado, saltarse las normas de la otra persona, meterse con el físico de los presentes, discutir, etc.… Son conductas de expulsión. 

 7- DIFERENCIAS 

 Otro tema del que hay unas dudas enormes es el saber diferenciar SOLTER@/SINGLE/SWINGER. Hay páginas que te venden la palabra SINGLE como “chicos quieren conocer chicas para amistad o lo que surja”. Debes saber que hay una diferencia enorme en cada uno de los términos usados en el mundo liberal, así que por último te traigo esta diferencia.

 SOLTERO: Es aquella persona que va en la búsqueda del amor, su finalidad es conocer a alguien con quien compartir su vida, su media naranja. Es una relación sentimental y afectiva. 

 SINGLE: Es la persona que en su soltería se siente bien, no busca pareja, busca aventuras en la cama y noches locas. No pretende tener compromiso con nadie y tampoco dar muchas explicaciones sobre su vida. Valora su intimidad y su independencia. Que no te escriba al día siguiente no es algo negativo, habéis pasado una noche de alto voltaje. Los SINGLES entran dentro del mundo liberal.

 SWINGERS: Así es como se hacen llamar las parejas liberales, con unos pilares bien asentados, confianza y con una buena comunicación, van en busca de cumplir sus fantasías por ambas partes. Pueden ir desde un intercambio de pareja, tríos, etc.… 


Y asta aquí llega este artículo que espero que te sirva de mucho para tener una idea principal del mundo liberal, de como introducirte en el de la mejor forma. Nadie da este tipo de información, así que valoro mucho que hayas llegado hasta aquí y te deseo toda la suerte del mundo en este ambiente tan liberador.

miércoles, 12 de julio de 2023

HUGO (DOMINACIÓN)

HUGO (PARTE II) DOMINACIÓN 

Observe con cierto entretenimiento y excitación todo el arsenal que había guardado en mi mochila. Todo encima de aquella pequeña mesa de color negro acristalada. Como si de una exposición se tratase, un plug anal, varios dilatadores, pinzas, consolador, succionador, vibrador, muñequeras de cuero, flogger, lubricante, mordaza y un pañuelo palestino a modo de antifaz para asegurarme de que la vista se perdía en la plenitud de la oscuridad. 

- Túmbate boca abajo, ponte lo más cómodo posible – sin duda Hugo estaba siendo uno de los mejores alumnos que había tenido jamás. 
- Pon las manos en la espalda, pero antes asegúrate de que estás en una posición cómoda para ti- Insistí. 

No rechistaba, no se quejaba, no tenía miedo y confiaba ciegamente en mí y en mi experiencia. Fui acomodando aquella situación, ate sus manos a su espalda y ese mero acontecimiento de verle medio inmovilizado hizo que todo en mí palpitase. 
- ¿Bien? 
A cada momento me aseguraba de que todo estuviese correcto, hay unos protocolos que seguir. Me recordé a mí misma la de veces que había deseado que un Dom me preguntase si estaba bien o si estaba cómoda. 
Las experiencias, la información y el ser Switch hace que puedas ponerte en la misma situación que el sumiso. 
Sabes por lo que está pasando, sabes que en su interior hay algo de miedo, de rechazo, incluso de incomodidad. 

Hugo asintió con la cabeza y procedí a seguir con mi ritual, esta vez mordaza, repitiendo la misma pregunta y asegurándome de que todo estaba correcto. 
Por último, dejarle sin visión, aquel ejercicio se basaba más en lo sensorial, en los extremos que podía tocar y sentir. 
No podían existir mejores vistas para mí en aquel momento, tenía a aquel hombre completamente inmovilizado, sin ver ni hablar. 

Notaba mi cuerpo de nuevo desprendiendo aquel fuego intenso y mis fluidos avecinaban lo mucho que me gustaba aquella imagen que se reflejaba en todos los espejos de aquella habitación. 
Mis dedos recorrieron todo su cuerpo, o al menos la parte más expuesta. Su espalda, tan suave y tentadora, me perdí entre tanta caricia, su cintura y sobre todo sus nalgas.

Demasiado tentador, demasiado me estaba conteniendo, quería devorarlo de inmediato, someterlo, hacerle daño, marcar su piel como quien dice “yo he estado aquí, su piel es mía, su cuerpo es mío, su placer es mío”.

Alargue mi mano hasta coger el flogger, mis brazos azotaban con fuerza sus nalgas y a veces fruto de la lujuria, su espalda. 
Hugo no omitía ruido alguno, se dejaba llevar y dominar de una manera impresionante. 
Su silencio parecía pedir más y más y más. Dejé el flogger a un lado en busca de algo que fuese más potente, más doloroso y más tentador. 
¿Hay algo que controlemos mejor que nuestras propias manos?
Las sonoras cachetadas se hicieron eco en toda la habitación, procuraba cambiar con cada una, masajeando sus nalgas para calmar la piel.
Esa misma piel que ya estaba enrojecida, volví a preguntar – ¿Estás bien? - Hugo se limitó a asentir con la cabeza, de nuevo.

Sin duda, su control mental era increíble, digno de admirar y más en una primera sesión de BDSM.
Muchos hubiesen dado la alerta roja solo con las puntas de un flogger. 
Deje caer las gotas de lubricante entre sus nalgas, esparciéndolo con mis manos y dando a su piel aquel brillo aceitoso con el que mis pupilas se deleitaban. 
¿Estaría preparado para lo que venía?

Debía ser cuidadosa y estar atenta en todo momento, no sabía si el mismo había explorado todas las sensaciones que su cuerpo podía otorgarle. 
De ese modo introduje uno de mis dedos en su precioso ano, lentamente, cuidando siempre que la lubricación estuviese correcta. 
Esperaba alguna reacción por su parte, pero en ausencia de ella seguí adelante. Mis dedos jugueteaban por aquella zona, me sentí tan poderosa que no pude evitar llevar mi mano libre a mi propio sexo y disfrutar de aquella dominación tan sensorial. 
Estaba empapada y mi respiración se agitaba cada vez que entraba y salía de él. Necesitaba algo más, ¿qué tal si probaba con mi dilatador anal preferido? 
Ese mismo que cuando alguien lo ve no se cree que haya entrado por la puerta de atrás, pero que para asombro de muchos, cumplía a la perfección su función.

Era placentero y en su justa medida para tocar el punto P. Fui introduciéndolo poco a poco hasta llegar a su máximo grosor, jugando con él, penetrándole con la única intención de que viviese un placer sensorial y no sexual. 
El placer de lo que para muchos hombres era algo impensable o motivo de perdida de hombría. 

Yo, sin embargo, me observaba en los espejos, veía el poder que ejercía en el sin una queja, ni ruido, solo una leve respiración. 
No sé cuanto tiempo estuvo bajo mi dominación, pero para una primera vez no había estado nada mal. 
No podía pedirle más de lo que me estaba entregando, puesto que en unas horas me lo había entregado todo y yo me sentía la mujer más afortunada del mundo por haber encontrado a Hugo, el Switch, el hombre que dominaba y se dejaba dominar. 
 El mismo que obedecía mis órdenes y a su vez yo obedecía las suyas. 

Le despojé de sus ataduras y le indiqué que se moviese lentamente, después de una sesión las hormonas van como locas y es normal tener mareos o una sed increíble. 
En mi mano aún tenía el dilatador y no me había dado cuenta. - ¿Eso entero me has metido? 
Lo que os decía, nadie se cree que se pueda disfrutar tanto de un simple dilatador anal. 

Como buena switch me interesé por sus sensaciones, su placer, su opinión, todo. Me alegré por su sinceridad y agradecí que me contase como lo había vivido. Obviamente, la persona que más había disfrutado de aquella primera sesión era yo. 
Hugo jamás se había dejado dominar de aquella manera por nadie y eso me enorgullecía enormemente. Para mi sorpresa él también lo había disfrutado, ¿qué más le podía pedir? 

Quizá un tercer round?…