Observe con cierto entretenimiento y excitación todo el arsenal que había guardado en mi mochila. Todo encima de aquella pequeña mesa de color negro acristalada. Como si de una exposición se tratase, un plug anal, varios dilatadores, pinzas, consolador, succionador, vibrador, muñequeras de cuero, flogger, lubricante, mordaza y un pañuelo palestino a modo de antifaz para asegurarme de que la vista se perdía en la plenitud de la oscuridad.
- Túmbate boca abajo, ponte lo más cómodo posible – sin duda Hugo estaba siendo uno de los mejores alumnos que había tenido jamás.
- Pon las manos en la espalda, pero antes asegúrate de que estás en una posición cómoda para ti- Insistí.
No rechistaba, no se quejaba, no tenía miedo y confiaba ciegamente en mí y en mi experiencia.
Fui acomodando aquella situación, ate sus manos a su espalda y ese mero acontecimiento de verle medio inmovilizado hizo que todo en mí palpitase.
- ¿Bien?
A cada momento me aseguraba de que todo estuviese correcto, hay unos protocolos que seguir. Me recordé a mí misma la de veces que había deseado que un Dom me preguntase si estaba bien o si estaba cómoda.
Las experiencias, la información y el ser Switch hace que puedas ponerte en la misma situación que el sumiso.
Sabes por lo que está pasando, sabes que en su interior hay algo de miedo, de rechazo, incluso de incomodidad.
Hugo asintió con la cabeza y procedí a seguir con mi ritual, esta vez mordaza, repitiendo la misma pregunta y asegurándome de que todo estaba correcto.
Por último, dejarle sin visión, aquel ejercicio se basaba más en lo sensorial, en los extremos que podía tocar y sentir.
No podían existir mejores vistas para mí en aquel momento, tenía a aquel hombre completamente inmovilizado, sin ver ni hablar.
Notaba mi cuerpo de nuevo desprendiendo aquel fuego intenso y mis fluidos avecinaban lo mucho que me gustaba aquella imagen que se reflejaba en todos los espejos de aquella habitación.
Mis dedos recorrieron todo su cuerpo, o al menos la parte más expuesta. Su espalda, tan suave y tentadora, me perdí entre tanta caricia, su cintura y sobre todo sus nalgas.
Demasiado tentador, demasiado me estaba conteniendo, quería devorarlo de inmediato, someterlo, hacerle daño, marcar su piel como quien dice “yo he estado aquí, su piel es mía, su cuerpo es mío, su placer es mío”.
Alargue mi mano hasta coger el flogger, mis brazos azotaban con fuerza sus nalgas y a veces fruto de la lujuria, su espalda.
Hugo no omitía ruido alguno, se dejaba llevar y dominar de una manera impresionante.
Su silencio parecía pedir más y más y más.
Dejé el flogger a un lado en busca de algo que fuese más potente, más doloroso y más tentador.
¿Hay algo que controlemos mejor que nuestras propias manos?
Las sonoras cachetadas se hicieron eco en toda la habitación, procuraba cambiar con cada una, masajeando sus nalgas para calmar la piel.
Esa misma piel que ya estaba enrojecida, volví a preguntar – ¿Estás bien? - Hugo se limitó a asentir con la cabeza, de nuevo.
Sin duda, su control mental era increíble, digno de admirar y más en una primera sesión de BDSM.
Muchos hubiesen dado la alerta roja solo con las puntas de un flogger.
Deje caer las gotas de lubricante entre sus nalgas, esparciéndolo con mis manos y dando a su piel aquel brillo aceitoso con el que mis pupilas se deleitaban.
¿Estaría preparado para lo que venía?
Debía ser cuidadosa y estar atenta en todo momento, no sabía si el mismo había explorado todas las sensaciones que su cuerpo podía otorgarle.
De ese modo introduje uno de mis dedos en su precioso ano, lentamente, cuidando siempre que la lubricación estuviese correcta.
Esperaba alguna reacción por su parte, pero en ausencia de ella seguí adelante.
Mis dedos jugueteaban por aquella zona, me sentí tan poderosa que no pude evitar llevar mi mano libre a mi propio sexo y disfrutar de aquella dominación tan sensorial.
Estaba empapada y mi respiración se agitaba cada vez que entraba y salía de él.
Necesitaba algo más, ¿qué tal si probaba con mi dilatador anal preferido?
Ese mismo que cuando alguien lo ve no se cree que haya entrado por la puerta de atrás, pero que para asombro de muchos, cumplía a la perfección su función.
Era placentero y en su justa medida para tocar el punto P.
Fui introduciéndolo poco a poco hasta llegar a su máximo grosor, jugando con él, penetrándole con la única intención de que viviese un placer sensorial y no sexual.
El placer de lo que para muchos hombres era algo impensable o motivo de perdida de hombría.
Yo, sin embargo, me observaba en los espejos, veía el poder que ejercía en el sin una queja, ni ruido, solo una leve respiración.
No sé cuanto tiempo estuvo bajo mi dominación, pero para una primera vez no había estado nada mal.
No podía pedirle más de lo que me estaba entregando, puesto que en unas horas me lo había entregado todo y yo me sentía la mujer más afortunada del mundo por haber encontrado a Hugo, el Switch, el hombre que dominaba y se dejaba dominar.
El mismo que obedecía mis órdenes y a su vez yo obedecía las suyas.
Le despojé de sus ataduras y le indiqué que se moviese lentamente, después de una sesión las hormonas van como locas y es normal tener mareos o una sed increíble.
En mi mano aún tenía el dilatador y no me había dado cuenta.
- ¿Eso entero me has metido?
Lo que os decía, nadie se cree que se pueda disfrutar tanto de un simple dilatador anal.
Como buena switch me interesé por sus sensaciones, su placer, su opinión, todo.
Me alegré por su sinceridad y agradecí que me contase como lo había vivido.
Obviamente, la persona que más había disfrutado de aquella primera sesión era yo.
Hugo jamás se había dejado dominar de aquella manera por nadie y eso me enorgullecía enormemente.
Para mi sorpresa él también lo había disfrutado, ¿qué más le podía pedir?
Quizá un tercer round?…
Joooodeeeeer! Como se nota que disfrutas con esto, házmelo a mí
ResponderEliminarBuuuuuuufffff quiero eso todo el rato
ResponderEliminarMe pones mucho cuando te pones en plan domina, me imagino ahí y puuuufff
ResponderEliminarExcelente precisión léxica! La narración te transporta al lugar de los hechos, y genera la sensación de estar viviendolos en primera persona. Enhorabuena y gracias! 🤗
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